Síntesis de: Los cambios institucionales en comercio exterior, Una nueva estructura institucional para la gestión del comercio exterior, Aspectos institucionales de la gestión de inversiones en el

Publié le par N.A.J.

Uno de los primeros decretos del Rafael Correa, Decreto Ejecutivo No. 7,  firmado el mismo día de su posicionamiento como nuevo  Presidente del Ecuador, suprime la Subsecretaría de Comercio y transfiere las responsabilidades comerciales al Palacio de Najas. Es decir en otras palabras, traspasó las funciones y actividades que realizaba el MICIP al Ministerio de Relaciones Exteriores.

 

Un cambio de responsabilidades que ha tomado ya demasiado tiempo, y que  empieza a mostrar sus primeras dificultades. El hecho que este decreto haya sido firmado sin que todos los Ministros estén posesionados y que solo cuente con la firma de la Ministra de Relaciones Exteriores ya fue un indicador de problemas en esta decisión. Sin embargo, la más importante se refiere a la inexistencia de normas claras y específicas (ambigüedad de responsabilidades) que regulen las actividades que a partir de ese momento tanto el MICIP como el Ministerio de Relaciones Exteriores debían desempeñar. Tampoco existe una diferencia entre los temas de negociación y el manejo técnico del comercio. Y de igual forma el sector privado no cuenta con institución clara en la cual apoyarse para impulsar una apertura de mercados y nuevas oportunidades de exportación.

 

Esta situación ha traído consigo grandes preocupaciones acerca de las capacidades del Ministerio de Relaciones Exteriores para llevar a cabo esta labor, pues no solo no existe un canal de definición institucional para las negociaciones y demás temas relacionados sino que ya se empiezan a mencionar las falencias que tiene esta Institución que impedirían su buen desenvolvimiento, claro está sin olvidarse que el MICIP también tiene muchas dificultades para desarrollar con efectividad los temas de comercio exterior. Argumentos como la falta de experiencia y capacidades de negociación comercial internacional, la inapropiada  forma de relacionarse con los sectores privados y el fuerte sesgo bananero, donde se puedo evidenciar un favoritismo hacia la empresa privada y hacia una sola empresa específica, son aspectos que se consideran como limitaciones de cancillería.

 

Estos inconvenientes se podrían superar si el Ministerio de RREE tuviera como prioridad el diálogo con los diferentes sectores productivos tomando en cuenta de manera real y efectiva sus necesidades. A nivel interno, el asumir nuevas funciones implica fortalecer las estructuras que van desde frentes políticos hasta de carácter técnico administrativo. Se debe asegurar que el sector privado cuente el respaldo técnico necesario en la aplicación de medidas de defensa comercial y corrección a distorsiones comerciales. Por otro lado a nivel internacional, teniendo como ejemplo a Chile, se requiere la presencia de un equipo estable de profesionales altamente capacitados para realizar las negociaciones comerciales ya que no se pueden dejar a un lado los procesos de negociación. Por todas estas razones el rol que desempeñará el COMEXI,  órgano de definición colegiada de la política comercial del país, será de fundamental importancia.

 

No obstante, mientras la división exacta de funciones continúa decidiéndose por una comisión mixta asesorada por delegados de los gobiernos de Chile y Argentina, ciertas políticas de negociación no se han resuelto quedando pendientes todavía; negociaciones con Chile, la Unión Europea, Canadá, temas de controversia con Perú, sobre trasporte y licencias comerciales,  CAN, MERCOSUR,  Agenda de DOHA, ATPDA,  etc.

 

Desde otro punto de vista distinto, hay quienes piensan que el cambio de funciones y responsabilidades a otra institución no solamente hace que existan los problemas ya mencionados de falta de una normativa clara y otros, sino que además este tipo de acciones da una imagen de inestabilidad para los organismos del Estado y para el Estado mismo, haciendo que los inversionistas se sientan temerosos de poner sus capitales en el Ecuador o incluso cambiándolos a otros países.  Sugieren que es prioritaria la conformación de una dependencia ministerial que se encargue de las inversiones y que estas funciones pueden ser asignadas a la cartera de Industrialización y Competitividad, incorporando una Subsecretaría o Dirección que reúna con una visión integradora todas los aspectos que no se encuentran bien atendidas.  De igual manera, deberían existir dice, un nexo directo con las políticas internacionales del país, teniendo siempre en cuenta la promoción externa y representación en procesos de integración regional y global.

 

Una de las negociaciones más importantes en la mira es la un Acuerdo de Asociación CAN – Unión Europea.  Temas de cooperación y diálogo político con la UE serán prioridad de este Acuerdo. En los últimos años los países andinos han tenido una participación importante en lo que a firma de Acuerdos se refiere, adquiriendo experiencia en ámbitos de negociación y capacitando a sus negociadores para el cumplimiento eficiente de su labor. Sin embargo, como es de comprenderse y al tratarse del más completo bloque de integración, el negociar con la UE representa contar con una visión de mercado común andino bien fortalecida.

 

Es decir, la UE está interesada en lograr acuerdos con el bloque andino en conjunto, para lo que se requiere la presencia de un marco legal e instrumentos comunes que permitan la libre circulación de sus productos por la región. Por lo que no solo es importante regular aspectos como el tratamiento de bienes y servicios sino de cómo propiamente será un único trato de dichos bienes a partir de su ingreso en el bloque andino. Por esta razón se deberá poner especial énfasis en la creación de normas y leyes que regulen estas actividades que es la base de una buena negociación.

 

Finalmente, el Estado Ecuatoriano debe tomar decisiones en función de que el país sea atractivo para los inversionistas. Si es necesario el cambio de funciones y nuevas delegaciones de responsabilidad se lo debe realizar de manera rápida y con instrumentos legales que fundamenten dichas decisiones. De esta manera se evitarían algunos de los  problemas que hemos mencionado. Los inconvenientes a nivel interno nos detienen pero los compromisos internacionales siguen su curso y estos conflictos de País no permiten que se preste la correcta atención a temas como el Acuerdo CAN UE, puesto que para una integración subregional y posteriormente internacional primero se debe lograr una integración nacional que a través de pugnas de poder no se lograrán.

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